Mi corazón está muy resquebrajado al ver por televisión y diversos medios colombianos cómo se está estigmatizando poco a poco la imagen del venezolano, en medio de generalizaciones, por supuesto del todo erradas, pues eso del aplíquese justos pagamos por pecadores resulta sumamente injusto y hasta peligroso. Eso se siente en la calle, en el transmilenio, en el ambiente, aunque también debo admitir que se tratan también de casos aislados, pues el pueblo colombiano en general es noble y está pasando por un proceso de curar heridas y de convertirse en tierra de acogidas. Al igual que el papa Francisco doy gracias a Dios por este tránsito tan lleno de muchas oportunidades de crecimiento, no es fácil iniciar de cero. En este ínterin he tenido la dicha de compartir con el equipo de movilidad humana de la Pastoral social colombiana a través de Lina Peña, una mujer que rompe todos los estereotipos de que el "rolo o cachaco" es una persona suspicaz y descortés, poco caluro