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Señera escritura, barbudo escritor, un corazón cíclico que no deja de latir

La escritura es un ejercicio de soberanía del alma a riesgo de errores ortográficos y de conceptos, mientras uno piense que lo hace bien vivirá en la quimera de la libertad, hasta que algunos pocos, muchos o infinitos empiecen como tal a sentir de algún modo el imperio de tus ideas, es allí cuando conquistas realmente, sin embargo mientras permaneces en la isla solamente tuya serás tan solo el rey de tu planeta, donde solo tú hablas y ordenas. Cuando pasas del monólogo al diálogo, es allí donde se logra el milagro, has cazado un cometa. La escritura es también un acto de entrega y cuando logran aceptarte, a darte el abrazo fraterno que se encuentra en la lectura has entrado en una senda irreversible, dejas de ser tú mismo para ser otros y esos otros comienzan a ser tú. La escritura hierve en verbos y mueve montañas, tiene en las palabras el dulce Alcívar de los semidioses, descubres en el aire las ideas que flotan y las dices cómo nadie puede hacerlo, es un material rad
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Gracias a Dios y a mis ancestros

Hoy cuando cumplo un año más de vida, quiero dar gracias a Dios y a mis ancestros, en especial a Ángela, mi abuela analfabeta y pobre, quien a punta de constancia y devoción imprimió en mi espíritu esa capacidad de lucha y resiliencia que siempre tuvo siendo una madre soltera con cuatro hijas a cuestas. Sé que en su pobreza y carencias materiales, entre sus despechos, pesares, alegrías, rabias, siempre  nos enseño el valor de hacer lo correcto. En la esencia de esa Ángela guerrera e hija única me siento representado, de como más allá de las limitaciones en términos de bienes de fortuna los esfuerzos propios pueden sacarnos de la pobreza mental. Habrá siempre primos, hermanos (aunque sólo tenga uno muy lejano y muy distinto a mí en años y actitudes y formas de ver la vida), tías, sobrinos, siempre aparecerá en el camino aquella gente que sin tener un gen común en la sangre se convierten incluso en la más genuina familia. Y no me puedo quejar, hace 38 años en el hospi

No cometamos los mismos errores

Foto fuente: Revista Semana

Hágase la luz

Juntos desde que te tomé en mis brazos supe que eras la pregunta perfecta al tiempo, el amor en este contexto no tiene palabras exactas, solo son precisas las sonrisas y el sabor de los caramelos, tus ojos son los míos en un lienzo que mis ancestros daban por perdido y hoy te encontré, contigo me reafirmo en el amor paterno, de ese mismo que sintió Aquel cuando dijo "hágase la luz" Bogotá, 09 de octubre de 2018

Mi admiración para ti, pastor Harold

Maracaibo lloro por ella

Igual me gustáis Medellín