Ir al contenido principal

Mis propósitos para 2018



Luego de un largo receso, heme aquí nuevamente ante el teclado y ustedes. Además de las alegrías propias de la paternidad, hoy en este primer día del año quiero en lo más profundo de mi corazón hacer una sarta de propósitos para este año que inicia.

Sin duda alguna, un primer momento es pedir al Dios de la Vida, al Dios resucitado,  por mi familia, la más lógicamente cercana, representada en mi esposa y dos niños, pero también en la lejana que sigue resistiendo los duros momentos de una Venezuela en crisis en todas sus dimensiones. Especialmente por ellos quienes su día a día es sumamente una caída libre signada por la desesperanza y la destrucción del poder adquisitivo, además de los cotidianos afanes de búsqueda de efectivo, fallas en los servicios y las consuetudinarias dietas obligadas.

En este sentido, denunciar y anunciar debe ser no sólo para mí, sino para quienes están en mi situación. Agradezco la fortuna y gracia infinita que el cielo y los ángeles me han brindado, pero como no sufrir los dolores, como no sentir en carne propia el desmoronamiento de mi país, que literalmente está hecho añicos.

Lo otro es poner la escritura, mi escritura, al servicio de quienes más sufren, no sólo quedarme en palabras, sino inspirar acciones, estamos en un mundo cada vez más individualizado,  lleno de egos y banalidades, olvidando por completo lo esencial, los detalles. Uno de mis mayores anhelos es volver a la academia, combinar todas estas vivencias acumuladas en estos 2 años fuera de mi país, para ponerlo al servicio de quienes como yo seguimos persiguiendo la utopía.

Entre eso, recuperar nuevamente la fe social, en el proyecto grande, lamentablemente sufro un desahucio profundo al mirar a cámara lenta lo sucedido en mi país, luego de ver cómo profanan los principios de lucha histórica, banalizando con ello las conquistas, incluso arrastrando con sus miserias la ilusión de muchos, haciendo ver a quienes apostamos por una ruta distinta como perfectos mequetrefes, pues el asunto de fondo es ver a esos personajes rasgar sus vestiduras, discursear bonito en redes, cuando su vida es una perfecta máscara de incoherencias, duele decirlo y hasta admitirlo, pero espero no decir de esta agua no beberé ni escupir arriba, pero con el pasar de los años aspiro a  tener el "poder" para probar de lo que digo y hago, el problema de fondo es que muchos no vamos en coherencia con lo que decimos, todo queda en teclados, fotos y redes sociales.

Mas el caso de quienes detentan el poder es mucho más preocupante, amasando fortunas astronómicas en nombre de los más pobres, ese discurso vacío y sin cascarón daña procesos, daña ideas, las hace polvo cósmico. Quizá "estoy descubriendo el agua clara", muchas de las veces producto de mi ingenuidad, mi juventud, pero como propósito ineludible estará no perder esa esencia.

Todo esto aplica también al mundo de la fe, de las periferias existenciales, gracias a Dios NO soy ateo, he tenido aún capacidad de resiliencia y, por supuesto, conocido gente del mundo de las iglesias como verdaderos ejemplos de testimonio y coherencia, quizá eso aún me pone a reingeniar y a buscar por supuesto la fuerza necesaria para seguir adelante.

Doy gracias por la amistad sincera y verdadera, aquella que sobrevive a las dificultades y a las tormentas incluso a la distancia, sabiendo que en los amigos verdaderos hay un tesoro. Asimismo hacer una oración actante por los que no están en presencia, pero siguen en el corazón, ese es otro de los tesoros más preciados, las enseñanzas que nos dejan, los momentos vividos, no hay que mirar atrás y lamentarse, sufrir eternamente, ni vivir de cabeza frente a sus mausoleos, la espiritualidad vivida en acciones de bien y seguir sus pasos basta y sobra para rendir homenajes.

Confieso que cada momento de mi vida recordaré a mi madre, esa mujer que llegó sólo a sexto grado, fue madre soltera, aún cuando esa categoría ya hoy en día quede en entredicho, pues siempre fue una mujer valiente y luchadora que no necesitó de ninguna otra relación para poder criar a su hijo, claro está, gracias a Ángela, mi heroína campesina y analfabeta, mi María Natividad pudo sostener y formar a mi hermano. 18 años después de él fui yo.

Ahora como nunca, mi padre, el heladero, con su decisión irrevocable de morir en su tierra es como una parte de mi alma allá, sin embargo, Miguelángel en su sonrisa me lo recuerda. Ni que decir de Kari, su hermosa melena es tan lacia y lisa como la de Natividad. Es precisamente por ellos, que en cierta forma soy yo, son mis ancestros, poder brindarle cada año ejemplo de coherencia y rectitud, sin perder la perspectiva de la creatividad y la alegría.

Mis mejores deseos en este año que comienza y quiero comenzarlo con pie derecho, acompañado de un séquito de ángeles tanto etéreos como de carne y hueso. 


Abrazo fraterno

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ahora son ustedes los que huelen a azufre

Los últimos acontecimientos en Venezuela han marcado un nuevo giro a los hechos y de cómo ese gran circo político ha sumido a cada quien en sus miserias humanas y particularidades, pensando que sus necesidades y sufrimientos son primordiales y están por encima de los demás. Tirios y troyanos se dividen como nunca y precisamente el asesinato de Oscar Pérez, el policía subversivo, actor aficionado, quien en un modo algo particular hizo manifiestos de rebelión y resistencia vía redes sociales, dividiendo con ello aún más las posiciones y crispado susceptibilidades de bando y bando. Debo admitir que Óscar Pérez no fue santo de mi devoción, como muchos, pensé que era copartícipe de una cortina de humo inventada por el mismo Gobierno pues los escrúpulos (demostrado con su vil asesinato) los han perdido. Su linchamiento por terrorismo me recuerda muchísimo a las mismísimas razones esgrimidas por George W. Bush cuando las torres gemelas, esas dimensiones semánticas asumidas al ca

Maracaibo lloro por ella

Igual me gustáis Medellín