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El pequeño Petróleo


Petróleo lo conocí una de esas tardes calurosas de la baja Guajira venezolana en unas de las rancherías de Tamare, a unos 15 minutos de la ciudad más cercana: San Rafael del Moján. Al igual que todos sus hermanos- la mayoría wuayú- andaba en el patio de su casa descalzo y sucio, claro está de sus juegos en el patio.

Para este niño, además de la pobreza, sobreabundan los motes y precisamente ese de Petróleo, resonó en mis oídos. El pequeño un poco arisco, tosco, no se acercó a nadie, muy reticente el pobre. Su mamá, además del pequeño, también lo es de 7 niños más. Con edades casi similares como si los hubiera gestado inmediatamente tras cada parto. Ella se gana la vida trabajando de miliciana, es decir, es integrante  los grupos paramilitares conformados para la defensa de la revolución bolivariana, así lo dijo.

A cambio de sus servicios y entrenamiento, ella recibe al menos mensualmente una caja de comida. "Ese es nuestro pago", soltó. Y a decir verdad, con todos los elementos económicos galopantes en un contexto de hiperinflación, una caja de comida para familias como las de Petróleo, resultan una verdadera panacea, aunque esto resulte sin duda un mecanismo control más barnizado de defensa al pueblo.

El futuro de la familia de Petróleo es de incertidumbre, pues entre pobreza, marginalidad, hambre y violencia, además de las dádivas asistencialistas de un gobierno que se niega a empoderar verdaderamente a la gente, sin duda en menos de 20 años se verán los resultados de una sociedad víctima de la inacción de sus tomadores de decisiones. 

Prácticamente los pobres venezolanos son los que más han sufrido los embates de esta crisis, son ellos quienes llevan la peor de las partes. Petróleo no lo sabe. En su inocencia, al consultarle su nombre, nuevamente reincide: "Petróleo", a pesar que su mamá, muy amablemente, aclara como recordando- quizá se le pasó también- "Él se llama Cristian".

Tomadores de decisión, ustedes lo saben, sin importar en el bando que estén, Cristian está solo y muchos como él esperan que se pongan de acuerdo, la lucha de dos modelos y más que decir dos modelos, dos facciones que pelean por más poder, no creen en nada y nadie. Usen todos los motes que quieran para ocultar la realidad, sólo sabemos que Cristian se asumió Petróleo, está en sus manos no se asuma tampoco pobre, pues precisamente la pobreza no se argumenta desde la lucha de clases ni desde llevar cruces, la pobreza acaba cuando comienzan las acciones para proteger a los más vulnerables.

¿Será fácil sobreponer intereses por mirar la profundidad de los ojos de Cristian y entender que los desafíos del ser humano radican en nuestra capacidad de cambiar la realidad?



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