Son las 9.00 de la mañana de un sábado y encontrar efectivo (cash) en algún cajero automático (por lo menos en Maracaibo, Venezuela) es toda una entelequia, quien lo consigue verdaderamente es una leyenda. No sólo se suma la falta de efectivo en los cajeros automáticos, la lentitud de los puntos de venta, los límites que establecen las entidades bancarias, eso sin sumar el negocio redondo de muchos comerciantes y no tan comerciantes de hacer avances de efectivo pues el gobierno, principal garante de esto, aún sigue empecinado en no sacar el nuevo cono monetario entre otras medidas para paliar esta crisis del efectivo.
Entre medio verdades, se circunscribe a decir que se trata de un complot financiero orquestado desde el imperio para socavar la moral de los patriotas, pues lamentablemente- dicen ellos- hay quintascolumna en las entidades financieras que son del pueblo. Palabras más, palabras menos.
Lo cierto del caso que con el pasar de los días la crisis de efectivo se agudiza pues la inflación y el aumento del dólar paralelo mellan la fortaleza de nuestra moneda. Más allá de todo este paisaje de fondo, no quiero pasar por alto las declaraciones que el intendente de Inspección de Banca Pública de la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario, Édgar Quintero, hizo en el canal del Estado, refiriéndose a que en Venezuela es “totalmente falso” que en las entidades bancarias no haya suficiente dinero en efectivo para los clientes.
Por Dios, acaso este funcionario en qué lugar vive, esta descarada declaración no puede pasar inadvertida y llena de inmensa indignación sobre todo por la carga de mentira cuando el asegura: "Los bancos tienen disponibilidad de efectivo para atender los requerimientos de los clientes y el Banco Central es el encargado de distribuir el nuevo cono monetario a cada una agencia bancaria, conjuntamente con el Ministerio de Interior, Justicia y Paz".
Yo me pregunto, ¿quién miente? La gente que pasa hasta más de dos horas esperando en un banco para que le entreguen billetes de la más baja denominación y en cantidades ínfimas; los abuelitos que reciben por partes su pensión; la gente que ve cómo gerentes de bancos desembolsan altas sumas a quienes tengan la suficiente capacidad para entregarle una jugosa comisión; aquel que debe pagar hasta un 20% por un adelanto de efectivo pues acude a esos mecanismos porque la necesidad tiene cara de perro.
Cara de perro tiene este señor Édgar Quintero, hambreador de la gente, mentiroso a toda prueba, un cara dura, a quien me gustaría ver haciendo una cola para retirar efectivo, a quien me gustaría ver cobrar un cheque en un banco; este señor Quintero es la personificación del mal en Venezuela, no tiene argumentos ni fundamentos para sustentar lo que dice.
Ey Eguita, mijo, andate por la frontera con Cúcuta o Maicao, para que veas donde están los billetes grandes, vai mijo, no seais cabeza de mamón. En vez de la supervisión sorpresa, ve y llévate una sorpresa con los cambistas, porque el problema del efectivo subyace que las redes de corrupción y permisividad del Estado, allí comienza, no busque los muertos donde no están y déjese la perorata sin sentido.
Cómo deseo que a este como a muchos otros funcionarios de esta raigambre pseudo revolucionaria les crezca la nariz, sin duda Pinocho se quedaría corto. Y lo peor creen que la gente es estúpida, aunque me pesa admitir, en ese universo, hay sus excepciones, todavía algunos piensan que las cigüeñas traen bebés y en el señor Édgar Quintero.
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